Juan María Montalvo Fiallos: ensayista, novelista, político y filósofo ecuatoriano. Su obra se desarrolla en varios campos, sobre todo en el periodismo político liberal dirigido contra los Gobiernos dictatoriales de Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintemilla: "El Cosmopolita" y "Las Catilinarias"; también fue autor de las cuatro series de ensayos de "El espectador", "Capítulos que se le olvidaron a Cervantes" (violenta sátira de su época) y "Siete tratados".Murió en París; su cuerpo fue embalsamado y se expone en un mausoleo construido en su ciudad natal, en Ecuador.Don Juan María Montalvo Fiallos, nació en Ambato el 13 de abril de 1832. Sus padres don Marcos Montalvo y doña Josefina Fiallos; Padrino el Coronel don Francisco Flor, Prócer de la Independencia. Sus hermanos; el doctor Francisco, literato y político Catedrático de la Universidad Central, dirigió la educación de sus hermanos y modelo sus caracteres. El Dr. Francisco Javier, Jurisconsulto y Literario, Rector del Colegio y Universidad Central, Ministro de Estado y Cortes de Justicia. Su primera educación fue deficiente en medios. Al terminar la Instrucción Primaria el niño Juan fue enviado a Quito, a continuar sus estudios. Entró entonces al Convictorio de San Fernando y concluidos los años de Colegio, pasó a la Universidad. Llegó al Ecuador en 1859 en medio de un verdadero caos en la nación; y como si esto fuera poco, el Perú amenazaba tomarse el Ecuador desde el Golfo de Guayaquil. Juan Montalvo desde joven se dedicó al cultivo de las letras, por tanto sus obras son el producto de su afición y dedicación, tales como: "Los Siete Tratados", "Capítulos que se le olvidaron a Cervantes", "La Dictadura Perpetua", "El Cosmopolita", "Las Catilinarias", "El Espectador", "El Regenerador", "Geometría Moral", "La Mercurial Eclesiástica". La crítica coloca a Montalvo entre los autores clásicos ecuatorianos. La obra ensayística de Montalvo destaca por su espíritu combativo ante la opresión, tanto social como política y religiosa. En su obra destaca el ensayo polémico. Como escritor era un purista en el uso del lenguaje y un clasicista en el estilo, pero un romántico en su amor a la libertad y en su lucha contra la tiranía (“Mi causa es la moral, la sociedad humana, la civilización […]”, dice en 1859 en carta al dictador García Moreno). Su lucha en pro de la libertad no tiene, sin embargo, la preocupación social que caracterizaría luego a los ensayistas iberoamericanos a partir del último tercio del siglo XIX. Quizás el mejor ejemplo para contrastar su estilo y preocupación con el estilo y preocupación social de la generación que le sigue, sea la lectura del ensayo “Indios” (1887) de Montalvo y “Nuestros indios” (1904) de Manuel González Prada.
"Tanto más libre un pueblo cuanto más ilustrado"
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